“Liberar el precio de los medicamentos es una política criminal

Extraida de Pagina 12 nota original aqui

Pablo Maciel, representante de los trabajadores de la salud bonaerense.

El médico y dirigente sindical afirma que la liberación en los precios de los medicamentos llevó a aumentos del 300 por ciento. “La gente llega descompensada porque cortó los tratamientos”, asegura. 

 

“Hoy tuve dos pacientes con obra social que me decían que era la primera vez que se atendían en el hospital público porque no podían pagar la consulta”, cuenta Pablo Maciel, médico clínico del Hospital San Martín de La Plata. Quien, a su vez, está al frente de Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP) asegura que la falta de control sobre los precios de los medicamentos por parte del Gobierno Nacional originó un aumento del 300 por ciento los últimos sesenta días y es la causa central que está llevando al sistema de salud pública bonaerense “a una crisis sin precedentes”.

“No tengo dudas de que quieren reventar el sistema”, remarca durante la charla con Buenos Aires/12. Para Maciel, el rumbo que tomó el gobierno de Javier Milei llevará a “millones de argentinos a la muerte” y, desde su lugar como representante gremial del personal médico de la provincia, afirma que se está preparando un “plan de resistencia”.

—¿Por qué llega a esa conclusión sobre la mortalidad?

—Por lo que sucedió los últimos dos meses. Cuando el Gobierno Nacional tomó la drástica decisión de liberar todos los precios de los medicamentos generó un impacto sanitario en el que miles de pacientes están discontinuando sus tratamientos crónicos. Hablamos de tratamientos oncológicos, diabetes, hipertensión arterial o HIV.

—¿No hay cobertura de las obras sociales o las prepagas?

—Sí, pero no alcanza. No pueden acompañar la cobertura cuando los fármacos aumentaron un 300 por ciento en sesenta días. ¿Que sueldo aumentó un 300 por ciento? En el mejor de los casos fue el 45.

 

—¿Existe algún beneficio con la desregulación de las obras sociales decretada por el presidente Milei?

—Para nada. El sistema de salud argentino está anclado en la solidaridad, donde aportan los de mayor y menor ingreso a las obras sociales sindicales o estatales y todos pueden recibir la misma atención. Esto paso en los noventa. Los que tienen mayores ingresos se van llevándose sus aportes, entonces se desfinancian las obras sociales. Esto, a su vez, afecta a los prestadores privados como los sanitarios y profesionales que se quedan sin pacientes de esas obras sociales.

—¿Se volvió muy costoso un tratamiento crónico?

—Claro que sí. Hay muchos medicamentos importados o con componentes importados, por lo que el dólar determina su valor y acceso. Para no ir a extremos, quien debe tomar una medicación por hipertensión puede costarle entre 20 mil y 30 mil pesos mensuales. Eso es una sola medicación. Los jubilados tienen un promedio de cuatro fármacos por mes, por lo que se dejan la jubilación en la farmacia. Vienen al hospital y te dicen que sólo van a comprar dos porque más no pueden. Es todo un clima de angustia. Es una política criminal la liberación de los precios de los medicamentos.

—¿Generó faltante en los hospitales?

—Claro. Hoy la mayoría de los hospitales del interior o que dependen de municipios tienen serios problemas de insumos. No pueden comprar medicamentos para los internados. Es todo muy típico de los noventa, donde después aparece la brillante idea de cobrar un bono en hospitales públicos como paso previo a la privatización, desfinanciando y deteriorando el sistema.

 

—¿Existe algún beneficio con la desregulación de las obras sociales decretada por el presidente Milei?

—Para nada. El sistema de salud argentino está anclado en la solidaridad, donde aportan los de mayor y menor ingreso a las obras sociales sindicales o estatales y todos pueden recibir la misma atención. Esto paso en los noventa. Los que tienen mayores ingresos se van llevándose sus aportes, entonces se desfinancian las obras sociales. Esto, a su vez, afecta a los prestadores privados como los sanitarios y profesionales que se quedan sin pacientes de esas obras sociales.

—¿Se volvió muy costoso un tratamiento crónico?

—Claro que sí. Hay muchos medicamentos importados o con componentes importados, por lo que el dólar determina su valor y acceso. Para no ir a extremos, quien debe tomar una medicación por hipertensión puede costarle entre 20 mil y 30 mil pesos mensuales. Eso es una sola medicación. Los jubilados tienen un promedio de cuatro fármacos por mes, por lo que se dejan la jubilación en la farmacia. Vienen al hospital y te dicen que sólo van a comprar dos porque más no pueden. Es todo un clima de angustia. Es una política criminal la liberación de los precios de los medicamentos.

—¿Generó faltante en los hospitales?

—Claro. Hoy la mayoría de los hospitales del interior o que dependen de municipios tienen serios problemas de insumos. No pueden comprar medicamentos para los internados. Es todo muy típico de los noventa, donde después aparece la brillante idea de cobrar un bono en hospitales públicos como paso previo a la privatización, desfinanciando y deteriorando el sistema.