Por Rubén Agüero.
Volveré y seré millones, dijo Túpac Katari a sus verdugos, y ayer, fueron millones las bolivianas y bolivianos que a pesar del duro contexto de la Pandemia y la militarización de las calles, tomaron las urnas llenandolas de votos, dándole un duro golpe a la derecha y los yanquis, recuperando la democracia para el Estado Plurinacional de Bolivia.
Aunque aún se espera la confirmación de los datos oficiales (el conteo es extremadamente lento y no se llegaba al 34% de las actas al escribir esta nota), todos los sondeos hablan de una contundente victoria de la dupla Arce-Choquehuanca. Con más de un 50% de los votos y una diferencia de alrededor de 20 puntos echando por tierra las especulaciones en torno a la posibilidad de una segunda vuelta, obligó a la Presidenta ilegítima Jeannie Añez a reconocer vía twitter la innegable victoria, al igual que algunos candidatos. Ganó en 5 de 9 departamentos, y en Santa Cruz bastión opositor logró el 35%.
El Pueblo Boliviano protagonista en las calles y en las urnas
Desde el golpe de Estado del 10 de noviembre pasado, el pueblo Boliviano no abandono las calles. El Gobierno ilegítimo, los grandes medios y la derecha boliviana buscaron en los últimos meses mediante represión, persecución judicial y mediática a dirigentes del MAS y otras organizaciones populares, sostener a Añez en el poder. Debian evitar las elecciones inmediatas o realizarlas pero con el MAS-IPSP debilitado. Pero la política de entrega de los recursos, corrupción y el revanchismo hacia los sectores populares, el desastroso manejo de la Pandemia, sólo género odio en las masas. Pero por sobre todo es la resistencia de un pueblo, sin intención a perder todo lo conseguido en los 15 años del Gobierno de Evo Morales, la que causó su derrota en estas elecciones, con la magnitud tal como para intentar impedir cualquier intento de fraude o golpista en caso de una elección más pareja. La posición del Gobierno de Alberto Fernandez, el Frente de Todos y un amplio arco de fuerzas democráticas en Latinoamérica condenando al golpe y no reconociendo a la Presidenta ilegítima a la par de otros presidentes, contribuyó a la debilidad regional de la dictadura, apoyada principalmente por EEUU y su socio Bolsonaro.
La participación popular fue clave en una elección que se planteaba bastante polarizada, a pesar de que Fernando Camacho mantuvo su espacio político ganando en Santa Cruz dividiendo a la oposición. Concurrió a votar el 87% del padrón, según el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero. El porcentaje más alto de su historia. El Pueblo sabía lo que se jugaba.
Palabras de el Ex vicepresidente Alvaro Linera al conocer el resultado:
“El Pueblo sencillo de Bolivia venció al golpe de Estado, las masacres y persecuciones. Derroto al fascismo colonial, el desprecio y la discriminación de unas élites decadentes. Es la victoria heroica de la Bolivia profunda, la verdadera, la inmortal.”
En Mar del Plata como en el Pais.
La victoria del MAS-IPSP en la Argentina no tuvo atenuantes, superando el 80%. En Mar del Plata Batán, a pesar de las restricciones y los temores de la Pandemia del covid19, la falta de información con padrones desactualizados, la distancia y falta de movilidad, y la coincidencia con el día de la madre, concurrieron a votar la mitad de los habilitados en la zona. El 84 % votaron la lista ganadora.
El Partido del Trabajo y el Pueblo, la FNC y otras organizaciones de la Agricultura Familiar, la CCC, y una gran cantidad de fuerzas políticas trabajaron junto al MAS-IPSP y la Comunidad Boliviana para garantizar el voto de los residentes en nuestro país y haciendo campaña para el triunfo de Luis Arce Artacora, nuevo presidente electo.
Esta victoria, abre la posibilidad de un aliado estratégico para el Gobierno de Alberto Fernández y el Frente de Todos en la región, región dominada mayoritariamente por gobiernos de derecha. Es además un viento fresco para la izquierda y los movimientos populares de Latinoamérica.
Bolivia hoy celebra y la Patria Grande festeja con ella.