38 aniversario de la reconquista patriótica de las Islas Malvinas de manos del colonialismo británico

Declaración del Foro Patriótico Popular

Se cumplen 38 años de la reconquista patriótica de las Islas Malvinas de manos del colonialismo británico. El 2 de abril de 1982, la Argentina recuperó el ejercicio pleno de la soberanía, en un incruento y pleno acto de razón y justicia, sobre los territorios usurpados por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte quien había ocupado violentamente nuestros territorios el 3 de enero de 1833.

Ese 2 de abril se realizó el operativo “Rosario” de Reconquista de las Islas Malvinas comandado por el señor Almirante Carlos Büsser, haciendo realidad el sueño del gran Almirante de la Patria, el genial y valeroso irlandés  Guillermo Brown, quien propuso en ese fatídico 1833 recuperar las Islas Malvinas de manos del usurpador con una fuerza militar a su mando, propuesta que las autoridades entonces no aceptaron.

Conmemoramos esa reconquista en un año muy especial para todos los argentinos. Se cumplen 200 años de la muerte del General Manuel Belgrano y 250 de su nacimiento.

Belgrano es un héroe singular, un héroe del que todos los argentinos podemos y debemos aprender.

Dedicó su vida a la revolución y a la lucha por la independencia.

Libró las dos principales y casi únicas batallas terrestres por la independencia que garantizaron la independencia nacional y la integridad del territorio patrio en lo que el Congreso de Tucumán llamó las Provincias Unidas de América del Sur. Nos referimos a las Batallas de Tucumán y Salta. Ejército revolucionario, milicias gauchas, pueblo en armas para la independencia de España “y de toda otra dominación extranjera”.

Los triunfos del Ejército de Norte comandado por el General Manuel Belgrano en Tucumán y Salta conmovieron a aquella América sublevada de norte a sur y del Pacífico al Atlántico.Como fue en 1806 y 1807, cuando los pueblos de las futuras provincias Unidas de Sudamérica derrotaron a una de las más poderosas potencias mundiales: Inglaterra.

Como reseñó Matheu en sus memoria: los oficiales dispersos de los ejércitos de tierra y de mar, se unieron al pueblo en armas y derrotaron la invasión inglesa. Fue, aunque muchos de sus mejores protagonistas no pudieran comprenderlo cabalmente entonces, el comienzo de la lucha por la libertad y la independencia de nuestra Patria Grande que significó una prolongada y dura guerra de emancipación que acabó en la batalla de Tumusla en el actual territorio de la Bolivia en abril de 1825 y con la liberación en 1826 de la Isla de Chiloé, último reducto del colonialismo español, por las fuerzas del ejército patriota de Chile.

En nuestra América hay todavía un reducto colonial: Malvinas. No es el único, pero sí el más importante.

La nueva usurpación de nuestros territorios patrios el 14 de junio de 1982, nos impone el deber de continuar la lucha por la reconquista para hacer realidad el mandato de los congresales reunidos en Tucumán en 1816.

Como dijo el actual presidente de la Nación, Dr. Alberto Fernández “no hay lugar en el siglo XXI para el colonialismo”.

Para que ese atropello llegue a su fin, para que en la Patria Grande Americana no perdure el anacronismo de la usurpación colonial de parte del Reino Unido de Gran Bretaña, reclamamos, como hacemos desde hace muchos años, una serie de medidas que entendemos allanarán el camino para esa efectiva reconquista de los territorios usurpados.

Algunas de esas medidas las hemos expuestos al señor Embajador a cargo de la Secretaría Malvinas, Daniel Filmus a quien le hemos solicitado una entrevista y que esperamos nos sea concedida. Ver Nota

La usurpación de Malvinas, San Pedro (Georgias del Sur), Santiago (Sándwich del Sur) y demás archipiélagos australes significan una grave afrenta a la soberanía de nuestra patria y la integridad territorial de toda América del Sur.

Malvinas es: todos los archipiélagos australes, la rica plataforma continental argentina, la Patagonia y la proyección antártica. Es la soberanía de mares que unen el Atlántico Sudoccidental y el Pacífico Sur. Es la soberanía de las riquezas hidrocarburíferas, ictícolas, de reservorios polimetálicos, de agua dulce. Es la soberanía de un paso estratégico a nivel mundial.

Pensar en la recuperación de Malvinas y la defensa de nuestros mares, territorios continentales y proyección antártica no puede pensarse sin la anulación de los oprobiosos Acuerdos de Madrid de octubre de 1989 y febrero de 1990. El primero de ellos nos impuso el paraguas británico de soberanía (lo único que hay que discutir con el Reino Unidos es cuándo y cómo ha de devolver las islas a nuestro país para el ejercicio pleno de su soberanía) y el segundo de control de nuestro sistema de defensa nacional, en especial del instrumento militar de las fuerzas armadas argentinas;

exige la derogación de la Ley N° 24.184, Ley de Garantía a las inversiones británicas, sancionada por el Congreso de la Nación el 14 de noviembre de 1991 con un sólo voto en contra;

reclama la derogación de los Acuerdos Malcorra-Duncan y Foradori-Duncan que significaron un gravísimo retroceso a los intereses soberanos nacionales;

demanda el estricto cumplimiento de la llamada Ley Solanas, la nacionalización de la Ley Gaucho Rivero para impedir que los buques de aprovisionamiento británicos usen nuestros puertos para sostener su ilegal e ilegítima usurpación, y la suspensión de los vuelos desde otros países también para asistir la logística de los colonialistas británicos.

Y también impone el desarrollo de un sistema de defensa nacional disuasivo acorde a los intereses y necesidades de toda la Nación.

La tragedia del ARA San Juan compele una reflexión que se vincula a la cuestión Malvinas y la defensa de la soberanía nacional. Rendimos tributo a sus 44 tripulantes. El pueblo en su conjunto los ha adoptado como hijos ejemplares que murieron cumpliendo tareas de soberanía.

El presidente de la Nación en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias este 1 de marzo de 2020, se ha referido a Malvinas, a nuestros litoral marítimo, a la necesidad de defender esos territorios y riquezas.

Para ello es imperioso la recuperación del sistema de desarrollo técnico, científico y de producción independiente de la industria de la defensa, destruida por imposición del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a partir de la firma de los Acuerdos de Madrid de 1989 y 1990 que significaron en la práctica la rendición ante el usurpador británico.

El desarrollo de nuestro sistema de defensa debe y puede inspirarse en los grandes fundadores de la Patria. Belgrano, entre ellos, de quien el propio San Martín llamó “padre de la patria” por el papel fundacional que le cupo desde antes de la gloriosa Revolución de Mayo.

Una defensa nacional patriótica, de carácter verdaderamente popular como fueron los ejércitos de la patria en los batallas de Tucumán y Salta, el Ejército de los Andes, la gloriosa armada argentina al mando de Guillermo Brown.

Y con el ejemplo de los 649 héroes caídos durante la reconquista y la Defensa de Malvinas en 1982.

No los olvidamos ni los olvidaremos nunca.

Que el usurpador británico sepa: la Argentina recuperará sus territorios en el momento y de la manera que sea conveniente.

Ante estos 649 héroes nombres sostenemos nuestro compromiso.

No nos rendimos, no nos rendiremos nunca.

¡¡Viva la justa causa nacional de Malvinas!!¡¡Viva la patria!!