Reproduciomos la nota de Laura Ruocco (PTP/PCR e integrante de Mardelucha)
En las calles gritamos, en el trabajo PARAMOS!Una jornada para transformar el dolor en lucha
Este 8M fue una jornada diferente. Una escalada de femicidios nos atraviesa el cuerpo. No nos reponemos de Jordana, y falta Claudia, y llega la noticia de Fátima, y la lista crece, el aire se achica. Nos preguntamos, hasta cuando? Por qué? Sabemos la respuesta, y nos da impotencia, masticamos la bronca, quebramos en llanto. Hasta que llega la marcha, hasta que nos abrazamos, hasta que nos reconocemos, nos identificamos, porque la bala nos pasa cerca, siempre, a todas, a todes, en la calle, en el boliche, en el taxi. Nos preguntamos “llegaste bien”? sintiéndonos parte de una cacería, de la cuál “hoy zafamos”. Sin embargo, esa impotencia se derrumba cuando estamos en las calles juntas, solo juntas es cuando nos sabemos fuertes, nos sentimos irrompibles. En ningún otro lugar nos pasa, ni en la propia casa. No son las cuatro paredes las que nos dan seguridad, no es el encierro ni la rutina, es la lucha, es la organización, es saber que contás con la otra, que en la calle somos libres cuando marchamos juntas. En cada canción, en cada puño en alto, en cada abrazo que nos damos encontramos libertad, en ese momento sentimos que podemos dar vuelta el viento, que el femicidio y el abuso se convierte en miles de mujeres que dicen BASTA y que buscan las estrategias colectivas para cambiarlo todo. Este 8M no fue un día más.
Un hecho histórico: el PARO ya no es una consignaLas calles se llenaron de colores, bombos, banderas y carteles. Las voces en asambleas gritaron “PARO”, el 9M todas al paro!. Acá hay un punto clave. La consigna del paro era una tarea pendiente, años anteriores algunos gremios se expresaban, algunas mujeres paraban, se hacían actividades en los lugares de trabajo, retención de tareas, fotos, charlas y talleres. Se trataba de una jornada de debate sobre las condiciones laborales de las mujeres, sobre la doble jornada y los roles de cuidado. Sin embargo, este año el paro dejó de ser una consigna, o un caso aislado. Por primera vez se conjuga fuertemente la lucha sindical de las mujeres, que en los últimos años se ha fortalecido hacia adentro de los gremios y centrales conformado Secretarías y cargos de dirección, con la presión desde las bases. Pero también fue una decisión política, tanto del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad a nivel nacional y provincial definieron que las mujeres del ámbito público podían hacer paro, que iban a acompañar sus reclamos. Esta resolución fue determinante para que hoy se encuentren escuelas municipales cerradas, oficinas estatales de Provincia y Nación atendidas solo por hombres, negocios cerrados por sus dueñas y una enorme sororidad en la lucha contra el femicidio, que sin duda potenció el reclamo central de la jornada que decía “La deuda es con nosotras y nosotres, trabajo genuino e igualdad. Aborto legal ya!”. Hoy las mujeres realmente paramos, hoy respiramos historia del feminismo materializada en hechos.