Por Matias Maciel
Dirigente del Partido del trabajo y del Pueblo -PTP-. Secretario del PCR @matiasmaciel
Estuvimos con Plácido Vaca, presidente de la Asociación de Pequeños Productores (FNC) de Mar del Plata -Batán- Boquerón. Él y su esposa, Claudia, trabajan desde muy jóvenes en la quinta. Les cuesta recordar un momento tan difícil para los productores. Los precios de los insumos son “imposibles”, la devaluación impacta directamente. Si a esto le sumamos que la intermediación se lleva la parte más importante de la tajada y que las tarifas estan por el cielo, la situación se torna insostenible. Ni hablar de pensar en acceder a un crédito con tasas arriba del 60%.
Lo cierto es que muchos deciden irse del campo. Otros se reducen al máximo para ver si pueden sobrevivir a la crisis. Los datos preliminares del censo agropecuario del 2018 hablan de la pérdida de 100 mil unidades productivas y arrojan una mayor concentración de la tierra.
Un plan económico que excluye a quienes producen la mayoría de los alimentos que el pueblo consume es un plan económico perverso.
En la lucha de los pequeños productores y sus familias, sobrevive un proyecto de país con soberanía alimentaria. Un campo con productores, que sea el motor del desarrollo productivo y tecnológico. Un campo que de perspectivas reales a quienes trabajan y dejan su esfuerzo en cada surco.
Necesitamos un programa agrario que apunte a una vida digna para las familias que día a día trabajan la tierra; que garantice productividad y rentabilidad al mismo tiempo que de sustentabilidad y derechos para quienes trabajan; que apunte a garantizar el alimento sano para el pueblo.
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