Que la solidaridad se haga pandemia

Protagonismo popular para enfrentar la crisis sanitaria.

Crece la solidaridad. Incluso a un ritmo superior de la propagación del virus. A la vez, hay que seguir fortaleciendo el trabajo de las organizaciones populares. Sostener lazos solidarios es una de las mejores acciones sanitarias que un país y una sociedad pueden desarrollar.

No hay contraposición entre cooperación y aislamiento. Pueden ser conceptos y prácticas complementarias. Deben serlo. De lo contrario el aislamiento será insostenible para millones de argentinos y argentinas.

Cooperación incluye las medidas que adoptan los Estados. Argentina está avanzando en un buen camino que consideramos se deben profundizar.

Disciplina social solidaria es la idea que debe guiar nuestra acción. Ser responsables para que nuestras actividades no contribuyan a propagar el virus y al mismo tiempo, bregar por no descansar ni un solo día en la construcción de poder popular y organización comunitaria.

En nuestra ciudad las condiciones de pobreza y desocupación, la falta de obras en muchos barrios, la ausencia de servicios básicos en amplias zonas y un sistema público de salud, castigado por años de desinversión, hacen que la situación sea muy delicada.

La contracara de esta situación son nuestras fortalezas. Sin ánimo de establecer una jerarquía de las mismas, podríamos señalar las siguientes: profesionales de la salud con altos grados de compromiso; un sistema de salud municipal extendido en todo el territorio del partido de General Pueyrredón; organizaciones populares que actúan en más de 370 comedores y merenderos, un denso entramado social de solidaridad; organizaciones de mujeres y diversidades que están atentas a que el aislamiento no signifique más violencia, organizaciones sindicales y cuerpos de delegados que están alertas para que la vida valga más que las ganancias empresariales en contextos de crisis sanitaria; empresas locales que elaboran en sus establecimientos elementos de seguridad como alcohol en gel, camillas y barbijos; organizaciones de la agricultura familiar que ponen sus productos a disposición del pueblo.

También, como no señalarlo, y es algo que nos emociona, la gran predisposición por parte de lxs jóvenes de ser parte de la asistencia de los adultos mayores y personas en riesgo.

Las organizaciones libres del pueblo deben ser convocadas para coordinar acciones. En otros municipios y jurisdicciones los comités de emergencia funcionan con todos los actores presentes. Así también lo está haciendo el gobierno nacional y provincial.

La solidaridad tiene que crecer exponencialmente y debe haber recursos para viabilizarla y proyectarla. Hay que articular las acciones para que sean efectivas y se sostengan en el tiempo.

En este sentido, desde el Partido del Trabajo y del Pueblo, promovemos la creación de un monitoreo social de la crisis y comités de emergencia. Registrar situaciones problemáticas y acciones comunitarias, nos puede permitir aceitar mecanismos y anticipar escenarios.

Las cosas no podemos hacerlas mañana. El momento es hoy. Cada minuto perdido lo lamentaremos en el futuro. Debemos unirnos y estar a tono con la gravedad de la situación.