Sobre las declaraciones de Rita Segato sobre Bolivia, el Golpe y el feminismo.

Del muro de Facebook de Laura Ruocco (profesora de Historia y militante feminista)

Si para Rita Segato, un golpe de Estado imperialista en América Latina es una “buena oportunidad” para criticar la “política autoritaria y patriarcal” de Evo, entonces las palabras de Segato son una buena oportunidad para repensar hacia donde va el feminismo.

Rita Segato es una reconocida antropóloga argentina, residente en Brasil y docente universitaria. Se ha convertido en referente del movimiento feminista por sus publicaciones, entrevistas y porque sus aportes intelectuales han acompañado a este movimiento que viene sacudiendo profundas estructuras de pensar y actual. Poner en debate sus expresiones sobre el golpe en Bolivia, incluso cuando hace las aclaraciones posteriores, no pasa por un “linchamiento moral” al que se sintió lógicamente sometida, sino que es necesario por la responsabilidad comunicacional que ella ejerce desde un lugar de poder, porque también Rita utiliza un espacio de poder adquirido, porque ella misma reconoce la importancia de la circulación de la palabra y el impacto de sus opiniones disruptivas y eso supone consecuencias en la construcción unitaria de un proyecto común en el campo popular feminista.

A mi entender, la clave para que el feminismo se haya convertido en un movimiento revolucionario en los últimos años, tiene que ver con la capacidad que fue adquiriendo esta marea, con rasgos antisistema, que no se limita a las reivindicaciones de género, sino que busca derribar diversas asimetrías de poder, desigualdades sociales y formas de opresión que encarna el capitalismo y el patriarcado. En ese sentido el feminismo devino en una marea que confluye con las luchas antineoliberales y con el sufrimiento de lxs oprimidxs. Confluye con la lucha de clase, con las disidencias, con las reivindicaciones étnicas, con el ambientalismo. Porque se reconoce al patriarcado como parte de un sistema podrido que se alimenta de todas las formas de desigualdad social, las de género, el racismo, los estereotipos culturales, los binarismos sexuales, el consumismo, la destrucción de la naturaleza, etc. En este sentido, el peor error que podemos cometer las feministas es aislarnos y reducir nuestra lucha hacia “una forma” o “nuestra forma” de liberarnos o de hacer política, como expresa Rita en su crítica que pone el eje en la figura de Evo Morales.Lo primera diferencia con los dichos de Segato la encuentro en reducir un proceso de masas a la figura de Evo Morales. En sus afirmaciones, la autora reduce el proceso popular boliviano a la figura de un líder venerado, un “caciquismo fundamentalista” según sus propias palabras. Aunque es innegable que las lógicas de poder se asocian mucho a las personalidades, me pregunto: es este el problema principal a analizar de lo que sucede en Bolivia? El pueblo boliviano se puede reducir a un millar de seres cuasi inconscientes llevados a la rastra por un “cacique autoritario y machista”? En el relato de Rita se desliza esa postura germaniana del populismo, una subestimación indigerible de la autora que entre líneas está diciendo que el pueblo se deja llevar por una figura autoritaria y por ende no logra decernir sobre sus propios intereses. La situación de Bolivia es un proceso masivo en el cual están dejando la vida decenas de luchadores populares, miles y miles se enfrentan a las fuerzas represivas convencidos de que no tienen nada que perder si avanza una política imperialista apoyada por intereses económicos locales, sectores reaccionarios de la sociedad, con rasgos católicos ultraconservadores, racistas y deshumanizados. Con las implicancias que eso conlleva en la región y con el retroceso que significa en el plano de las conquistas económicas, sociales y culturales que lograron los sectores populares de Bolivia. Avances que ni los interlocutores mediáticos del liberalismo pueden ocultar cuando hablan de los indices de crecimiento de Bolivia y la redistribución de la riqueza. Poner en un mismo nivel a Jair Bolsonaro con Evo Morales únicamente por no llamar al estado de catástrofe nacional la quema de Chiquitanía, hace perder todo tipo de confianza en la visión analítica de la destacada autora. Se pueden comparar a estos gobiernos de manera tan simplista cuando hay innumerables argumentos para diferenciarlos en diversos planos analíticos, tanto materiales como simbólicos? Acaso la nacionalización y protección de los principales recursos estratégicos (como el gas y el litio entre otras minerales), el reconocimiento de las identidades originarias, el acceso a la educación y a la participación política de los sectores mas oprimidos del pueblo boliviano es una fachada de un líder carismático “endiosado” que solo las corrientes intelectuales feministas podemos desenmascarar por su lógica patriarcal?Sin duda frases que Rita le aduce a Evo como: “me jubilaré con mi charango, mi coca y mi quinceañera” merecen un fuerte repudio, por su connotación machista y abusiva que hoy podemos condenar a la luz de los poderosos procesos de lucha cultural y simbólica que en algunas regiones del mundo son de avanzada, también sabemos que está en curso la lucha por desarraigar estas frases mal justificadas como “dichos populares”. Sin duda, el referente de uno de los procesos populares más avanzados de América Latina, debe estar a la altura de estos avances exponenciales en materia de géneros, y con anhelo las feministas pugnamos para que aquellos referentes encarnen y movilicen sus herramientas políticas y sus discursos en pos de estos procesos de cambio materiales y simbólicos. Pero así como el feminismo no puede estar en un segundo plano o no debe ser subestimado en la política ni en la retorica de un gobierno, tampoco las feministas podemos juzgar todo un proceso profundo del pueblo, bajo la condena “oportuna” a su referente “patriarcal” y poner en un plano secundario un golpe de Estado sangriento, que viene de la mano del imperialismo más agresivo del mundo. “Cuando un gobierno popular se equivoca se paga con sangre”, plantea Segato. Acaso no puede equivocarse un gobierno popular? Si creemos que la humanidad no puede cambiar, que expectativa tenemos lxs luchadorxs populares? Para que luchamos? Pero ademas, con esta frase de Segato, podemos hacer una analogía con aquellas posiciones patriarcales que culpabilizan a la víctima, en este sentido la culpa no es del imperialismo agresivo y su aparato de poder local, sino del responsable político de un proceso popular. Porque aunque en el relato de Rita se enuncie una preocupación por disolver la mirada binaria, en contradicción con ello, la autora menciona un “ellos” refiriéndose a los gobiernos patriarcales y un “nosotras” las que debemos construir otra forma de hacer política. Es decir, que hay un problema principal que refiere al poder patriarcal y eso divide aguas, eso nos pone en lugares opuestos, binarios, al punto de condenar el “vacío de poder por errores del gobierno de Evo”. Nuevamente, el golpe de Estado es responsabilidad del modelo patriarcal de un gobierno popular. Las consecuencias nefastas del golpe pasan a un segundo plano, aunque la autora no quiera reconocer que hay prioridades, o acaso el proceso golpista en curso traerá buenos augurios para el feminismo y el pueblo? Creía que esta era una pregunta obsoleta para una intelectual de la envergadura de Segato, pero las afirmaciones que enunció en un momento tan desafortunado, deja abierta tales interpretaciones. El momento no es una nimiedad, no cuando la cruz y las garras se clavan en América Latina. La frase, nuevamente afirmada en su descargo: “no se puede perder la oportunidad de criticar [a Evo]” refleja una miopía en relación a lo principal de cada momento histórico y falta de empatía con la situación extrema que se esta sufriendo el pueblo vecino. Si en 4 minutos Rita quiso expresar “lo urgente” creo que se equivocó de urgencia.

Se le exige a Evo “no hacer repetición”, no son acaso los golpes de estado imperialistas la principal repetición de la historia de nuestro ultrajado continente? No es la sumisión a la dependencia la figurita repetida de nuestra a historia latinoamericana? No es la colonización de los cuerpos parte de esta repetición? Acaso no debemos ser las feministas las que propiciemos la unidad y sepamos demostrar el potencial revolucionario de un movimiento que repudie las diversas formas de opresión y sepa unir al campo popular? Si hay “una forma” de hacer política feminista diferente a la forma patriarcal entiendo que es la de unir las luchas populares, de clase, de género, étnicas, ecológicas, para que adquieran la profundidad que necesitan, para no caer en “repeticiones” que nos lleven una y otra vez a la dependencia, a nuevas o viejas formas de colonización. Los argentinos hablamos sin saber, pero Rita es Argentina. No será un tanto soberbio afirmar que el resto de los argentinos tenemos una “representación de caricatura” de Evo y el proceso boliviano por denunciar el golpe poniendo la principal preocupación en el retroceso que esta situación extrema significa. Acaso lo simbólico de ingresar al gobierno con una biblia en la mano y un arma en la otra no merece una valoración más oportuna? Decir lo que hay que decir, juzgar lo que hay que juzgar y dejar algunas criticas para otro momento no nos aleja del feminismo, ni nos convierte en fanáticas populistas, ignorantes, simplistas y mecanizadas analistas del proceso. A veces la inteligencia radica en no ser la nota destacada y preservarse para momentos en los que la coyuntura permita profundizar los avances populares y de género. Las luchas de los pueblos irán buscando los caminos para liberarse, con avances y retrocesos, con debates y críticas, pero hay algo que no debe abrir fisuras ni generar “buenas oportunidades”: NO AL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA, NO A LA MASACRE DEL PUEBLO BOLIVIANO, si esa posición debilita la lucha feminista, el feminsimo ya está derrotado.